LA SERPIENTE QUE RESUCITÓ
Esta historia que contamos, gracias a las anotaciones de nuestro recordado compañero Pepe Bela, no podría tener lugar hoy en día, ya que los veterinarios tienen experiencia en animales salvajes y las temperaturas de las instalaciones para reptiles tienen termostato entre otras cosas. Pero en los tiempos en que ocurrieron los hechos que vamos a relatar las cosas eran diferentes y se producían situaciones realmente surrealistas. Por los años 54 había en el zoo tres serpientes pitón. Una medía seis metros y las otras dos unos tres metros y medio. Llevaban bastantes días sin dar señales de vida, por lo que se avisó al veterinario. Era un mes de invierno muy frío y se ordenó encender candela de leña bajo la instalación de serpientes. Una vez comprobado que estas no se movían. El veterinario aseguró que estaban muertas, dos estaban en el más profundo aletargamiento, pero la tercera y la de mayor tamaño se “despertó” cuando los cuidadores y cinco taladores la llevaban en brazos para una habitación junto a la oficina, por orden del conservador. Fue tal la sacudida de la serpiente en la oficina, que uno de los taladores rodó por el suelo y los demás unos siete hombres lucharon junto con el conservador, que consiguió dominarle la cabeza hasta devolverla a la instalación del parque y ponerla junto a las otras dos. Comenta Pepe Bela que durante el tiempo en que hubo serpientes en el Zoo, sobre todo en el barrio de Santiago, había comentarios de todo tipo.
