El pasado sábado falleció el espécimen de cebra hembra más viejo de nuestro zoo. Esta llegó a Jerez el 12 de Diciembre de 1992, año de la Exposición Universal de Sevilla, procedente de Inglaterra, cuando ya era una hembrita adulta. Unos meses antes había llegado el macho adulto que seguía siendo su fiel compañero hasta sus últimos días de vida. Durante todos sus años en el zoo parió 3 potrillos, uno en el año 1995, otro en 1996 y otro en el año 2005. También tuvo dos abortos, en los años 1999 y 2000. Desde la primera que dio a luz, fue una gran madre, y además fue una buenísima compañera de su macho y de todos los demás animales que le acompañaron a lo largo de estos años.
El mismo Sábado por la mañana fue vista por el veterinario y por el equipo de cuidadores, que limpiaron su instalación y le pusieron la comida, sin observar anomalía alguna. Sobre las 12 de la mañana avisan al veterinario de guardia y comunican la noticia de que una cebra estaba muerta en la instalación, algo que el veterinario no creyó en un primer momento, pero que una vez en el sitio pudo confirmar que efectivamente había sido así. El domingo se le hizo la correspondiente necropsia, descubriendo que la causa final de la muerte había sido una rotura de la pared derecha del corazón que hizo que su muerte fuese fulminante. El macho tuvo que ser tranquilizado, ya que estaba muy nervioso, y cuando el veterinario o los cuidadores aparecían cerca de la instalación, parecía preguntarles: ¿dónde la habeis metido?, puesto que ellos retiraron a su hembra del recinto. El mismo domingo después de realizar la necropsia, tuvieron que tranquilizarlo porque quería saltar la valla, quería ver que había sido de ella. El macho lloraba la muerte de su compañera, desde el día anterior, emitiendo relinchos continuamente, más que alguno de nosotros, los seres humanos.
